Páginas

jueves, 8 de mayo de 2014

Queijadas (intentando emular a las de Sintra)

Hay pasteles míticos que uno no debería intentar hacer en casa, porque es poco probable que consigas que se parezcan en sabor y textura al original; entre ellos estarían los pasteles de Belém (los que se ven en internet rara vez se acercan, siquiera en aspecto) o las queijadas de Sintra. Peeeeero... si aún quedan meses para tu próximo viaje a Portugal, te matan las ganas de comerte una y en tu libro de cocina portuguesa de cabecera hay una receta que parece auténtica y fácil, lo puedes intentar. No es lo mismo, pero ayuda.
Las queijadas de Sintra son pequeñas tartas de queso, de un tamaño que casi puedes engullir de un bocado; la tartaleta es de una masa consistente pero muy, muy fina, y el interior muy dulce y jugoso. No saben a queso, porque se hacen con queso fresco de vaca, y la textura es ligeramente granulosa: al principio hasta pensaba que llevaban algo de almendra, pero no, es sólo queso, huevo, azúcar, harina y canela. 
Hay queijadas en otros lugares del país, que se hacen con queso de oveja (como en el Alentejo) o con pequeñas variaciones en la masa, pero en esencia todas se parecen un poco.
La receta no es difícil, aunque conviene saber un par de trucos, sobre todo si no las habéis probado antes y no tenéis clara la textura. Los ingredientes, ajustados a la cantidad que yo quería hacer es así (salen unas 12-14 queijadas, aproximadamente):

Masa
125 g de harina
1 cucharada rasa de mantequilla o manteca
agua y sal

Relleno
200 g de queso fresco de vaca, mejor sin sal *
100-150 g de azúcar **
2 yemas
30 g de harina
1/2 cucharadita de canela

La masa se prepara el día antes, o unas horas al menos. Es como preparar una masa quebrada pero con muy poca grasa: se mezcla la harina con la mantequilla y se añade agua fría muy poco a poco hasta que se pueda amasar una bola; tiene que quedar una masa bastante dura (he leído que en algunos sitios ni siquiera usan moldes, sino que se forma una tartaleta con la masa que debe ser capaz de aguantar por sí sola). Se envuelve bien y se deja en la nevera.
Para el relleno se tritura bien el queso y se le añade en este orden el azúcar, la yema, la harina y la canela. Debe quedar una pasta cremosa, pero no demasiado líquida.
Se precalienta el horno (200-220º). Se extiende la masa bien fina y se cortan círculos, de diámetro algo mayor que los moldes a emplear. Se forran los moldes, doblando la masa sobre sí misma para ajustarse al molde y procurando que no queden tartaletas muy altas (poco más de un dedo), pues las queijadas son bastante planitas. Se rellenan casi hasta el borde y se hornean; el libro dice unos 15 minutos, las mías tardaron alrededor de 20. La tartaleta debe quedar cocida pero aún blanquita, la parte superior bien tostada y el interior cuajado pero jugoso. Se dejan enfriar, y se toman con un café bien negro.

* El queso fresco portugués es algo más consistente que el que se suele encontrar en las tiendas españolas; si podéis encontrar un queso fresco artesano o al menos que no sea muy blando, mejor; si no, se puede prensar o dejar escurrir un poco el que tenemos ya picado, para que pierda un poco de suero. El peso indicado sería de queso ya escurrido.
** Los portugueses son muy, muy golosos: yo hice la receta con algo menos de la cantidad indicada (175 g para 200 de queso) y aún así me parecían excesivamente dulces. Se puede ajustar al gusto, poniendo menos azúcar y probando la masa para comprobarlo.
También se puede hacer una tarta grande con este relleno, aunque en ese caso quizás conviene dejar la masa algo menos fina, o usar una masa quebrada normal. Es un relleno muy fácil y rico, con un sabor estupendo a canela y huevo, a dulce de abuela. Los que hayan visitado Sintra y las hayan probado saben a qué me refiero.
(No es que no pudiera resistirme, es que quería enseñar cómo son por dentro... de verdad).

4 comentarios:

  1. Qué ricas!!! Creo que en casa encantarían....así que te las robo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola Intxaurtsu! Me alegra que te gusten... son fáciles, ricas y baratas, la única complicación es lo de la masita... así que prueba y me cuentas!
    B*

    ResponderEliminar
  3. Jolín, te han quedado perfectas! Por lo menos el aspecto da el pego, geniales!! Recuerdo muchas tardes subir a Sintra a pasear y por supuesto había que hacer parada onligatoria en "A periquita" que es la cafetería por decreto para tomar las queijadinhas en Sintra ;)

    ResponderEliminar
  4. ¡Noooo, Sara, perfectas no están! Muchas gracias por tus elogios, las queijadas estaban ricas sin llegar a ser como las de Sintra ni de lejos, pero como decía, son una buena manera de quitarse el mono si no se puede ir a comprar las de Periquita :)

    Gracias!

    B*

    ResponderEliminar

¡Gracias por visitar el blog y por dejar un comentario! Siento no dejar comentarios a usuarios anónimos (me llega mucho spam) pero a todos los que leéis el blog y me dejáis unas palabras, y también a los que no, muchas gracias.